10 de junio de 2007

CASANOVAS

Mis noches vivo
entre besos
que no tienen dueña,
poco me preocupa,
la entrega, el amor.

Delicioso, el instante
en que sus cuerpos
me otorgan
creyendo en estúpidas
frases de amor;
esas que yo, como hábil
galán nocturno
con el tiempo adopté.

Al terminar, acalorados
por la tórrida velada
irónicamente, miro sus rostros,
que aspiran, dulces caricias,
no saben acaso,
cuan vacíos son mis deseos,
que su razón, es solo carne,
que su motor, es erotismo,
que el futuro, en mi no existe.

Osadas, tratan de enredarme
con frases,
que ya hasta risa me dan,
son las mismas,
las de siempre,
las que invitan te amos
y que a mí, ni conmueven.

Los días siguientes
son de esconderme,
de pretender, que
no existen más
en la inmensa lista
de contactos femeninos
guardados en mi celular.

La táctica funciona,
(la mayor parte de veces)
y terminan olvidando
lo que esa noche fue.
Otras veces,
mi fortaleza destruye
el poco respeto que tienen,
me convierto en demonio,
que destila veneno,
en palabras soeces,
apabullantes, despóticas.

Oigo lágrimas, porqués,
siempre duro, respondo:
porque no quiero!,
porque quizás,
tu tiempo no vale!,
tu cuerpo es pasado!,
la historia acabó!.

Y se marchan,
con el viento que sopla,
como las bellas hojas de otoño
que al final,
en estiércol culminan.

Y esa es mi historia
hasta ahora,
hasta anoche,
que me descubrí
enamorado de sus ojos negros,
esa noche que sufrí
en carne propia el rechazo,
ese que tanto usé.

Ahora no concilio la vida
sin tenerla,
no se que hacer,
mis tácticas, no son para amar,
mis palabras, no tienen cabida
en esta historia,
sus labios, que tanto deseo,
quisiera tenerlos, pero
no puedo, no consigo,
no logro ser su dueño.

La vida me cobra
con creces mis defectos
ella, que tanto amo
me desprecia,
y yo, que tanto me entrego
por fin, después de todo
soy humillado.

A pasado un mes
y aún, no la saco
del pecho, del alma, de los recuerdos
y la angustia me desvela
imaginándola, tan parecida
a mi, con sus juegos,
seduciendo, viviendo, utilizando
y me duele dentro,
la quiero mía,
la quiero pura, casta, sublime.

Le he hablado en sueños
y me dice; que la olvide,
que solo fue un juego.
Y yo suplico, como
una vez, a mi lo hicieren;
yo te amo, sostengo,
pero ella se aleja, sonriente
con esa sonrisa que
alguna vez viví.

He conocido mujeres
de todos los tipos,
con cuerpos, pasiones
y lugares distintos.
Pero, como mi DALIA
ninguna, ella es
la que mi alma robó
y solo aspiro encontrarla
mía, solo mía,
para siempre.

6 de junio de 2007

EL MAESTRO

Me enseñaste a amarte
desesperada,
me enseñaste a mirar al frente
como dueña de un destino
que aunque incierto
puede ser maniobrado.

Me enseñaste a gritarte
a media voz
para que no me escuches.
Me enseñaste a arrojarme a tus brazos
porque solo en ellos me consolaba.

Me enseñaste a apartarme
para amar la soledad
que tanto tiempo temí.
Me enseñaste a apagar las luces
para aprender
que los fantasmas no existen
y que los cuentos de hadas
son solo fantasías.

Me enseñaste a frustrarme
cuando tus ojos
no eran el sueño
que para ambos planee.
Me enseñaste a huir
cuando la lucha no vale la pena.

Pero, no me enseñaste a vivir
pues viví de tí;
de tus guias, tus consejos
de tus lagrimas
que tanto disfrazabas en ironía.
Aprendí entonces que la vida
no merecía ser vivida
para estar incompleto
que si has de luchar
será para estar pleno,
y que esa lucha
jamás será para ti.