29 de julio de 2007

J

No siempre somos cuatro
si estamos lejos,
cuando la confianza
aparece como nunca
entre los dos.

No siempre hay un tercero
que alimente el miedo
de perder los sueños
que culminen en adiós.

No siempre hay un te quiero,
si se adora con el alma
y esa extraña idolatría
supera cualquier sentimiento.

No siempre te veo
aunque te tenga dentro.
A pesar que me doblegue
la profunda necesidad
de tenerte, señor mío
es más fuerte el valor
el deseo de esperar
ese momento feliz
de un nuevo encuentro.

No siempre te pienso
por que duele hacerlo,
sin embargo y sin querelo
no sales del pensamiento.

No siempre te extraño
por que, en cualquier
extraño rostro
sin verte, te veo.

No siempre te amo,
pues con ansias espero,
la gloria primera
de oír en tu boca,
tales palabras de
entrega y esmero.

25 de julio de 2007

A FRIDA ENAMORADA

Camarada de luchas
esas que empiezan, cuando
todos dejan de luchar.
Compañero de derrotas constantes,
cuando vemos que nadie entiende
el sentido de nuestro andar.
Amigo combatiente,
que conoces a fondo
mi sentir, mi pensar.
Cuantas noches te regalo sueños
que aún no logro realizar.

Aprendimos a escucharnos
en noches de tertulia,
donde las frases giraban
al compás de debates y teorías,
de mentiras que nos llevan
a buscar la verdad.

Cuantas veces te nombramos;
sin saber, si quiera
si existes en verdad,
todos te tenemos,
todos te admiramos,
y ni siquiera sabemos
si tus palabras
plasmaremos en realidad.

Como Fidel para el Che,
como el Engels para Marx,
como Assad para Jaime,
como Jesucristo para Juan.
Te llevo dentro,
como guia, como maestro,
como gurú, quizás.

Tu me entiendes
y me cuidas
encaminas mi correcto accionar.
Sin embargo, que pecado es amarte
quizás no deba,
quizás te pierda,
pierda tus luces, tu sabiduría,
tu verdad.

Fue inevitable,
te descubrí entre pocos
como al solo ser
que pude admirar
y estabas tan lejos
que mi entupida conciencia
refutaba mi sentir
insultaba mi cordura
y me tachó de banal.

Te entregué el corazón
aunque te supe imposible,
y aún así
lo entregué una
y mil veces más.

Es verdad que mi razón
pesa más, que el corazón
pero es, ese pequeño órgano
quien controla mis sueños
aquello que,
lejano al pensamiento
se embarca en la utópica agonía
de tenerte conmigo
por el resto de mis días.
A ti Frida Khalo, por tu amor, por tu lucha constante contra el dolor y el desamor mundano, por que me reflejo en tu pensamiento revolucionario y defensor de las masas y por que al igual que tú sé lo que es entregar todo para sentirse total y profundamente plena como ser humano, te dedico estos pequeños y sencillos versos que se hubieses entendido pues transmiten ese sentir de un amor que te costó más que lágrimas la propia vida. Por que sé que a ese hombre le entregaste más allá de tu juventud, tu vida entera.

21 de julio de 2007

EL ALCOHOL, APERTURA Y SENTIMIENTOS...

El alcohol
que desvaría mi conciencia,
me hace decir
lo que no quereis escuchar.

Brindo por los hombres
que en mi vida pasaron,
por las noches angustiosas
que sus amores esperé.

Brindo, por las mujeres
que obstinadas lucharon
por injustas pasiones,
que en carne viva
deboravan la fé.

Brindo, por los amantes
esos que disfruté
tantas veces ya
que hasta me cansé.

Brindo, por la soledad
que ésta y otras
ingratas noches
me cobija en su seno.

Por la frustración brindo,
sintiéndome ahora tan sola
pudiendo estár con mi amor.

Quizás si no estuvieses tan lejos,
si no tuviera que imaginarte,
si no viviera el desconsuelo
de saberte en otro mundo,
en otro espacio,
en ese tan lejano
tan al sur.

Abrazo los sueños
que alimentan estos versos,
porque me hacen
sentirme más tuya
talvéz en otro firmamento
en ese estrellado; con luna,
ese que soñamos perfecto.

Busco refugio
en Platón, en Weber,
hasta en Morfeo,
ninguno llena tu espacio,
tu tiempo, el que creaste
sin quererlo.

Olvido; ruego a diario,
pero no puedo
y la cabeza responde,
que la imposibilidad
de ese deseo
es, que no quiero.

No quiero olvidar,
los besos destellantes
las palabras al viento
esas, que recogimos
para decir te quieros.

Murmullo de a poco,
que muero lento
pero temo pensarlo,
porque, se que no debo
tenerte solo en sueños
sino, talvés luchar
hasta concretar este
maravilloso y fecundo sueño.