Al fantasma que busqué,
que nunca llegué a encontrar,
al ser angelical que
solo en mi mente está.
Le digo: ¡ya basta,
permíteme soñar!
Al carismático aristócrata,
que cabeceaba en las noches
tratando dominar,
lo profundo de mis sueños.
Le digo: ¡ya basta,
olvídame en verdad!
Tus caricias eran hiel
y la miel de tus obsequios
no me sostienen mas,
por eso te digo:
¡ya no te acerques mas!
Al que nunca me tocó,
por miedo a quemarse
en las llamas de un hogar.
Le digo: ¿Cuándo dejarás de intentar?
Al que golpeó un corazón
con palabras necias
que nunca debí escuchar.
Le digo: ¡deja ya de inventar!
Al que con escusas de amor
que en realidad, solo son falsedad.
Le digo: ¡ya no hay mas que inventar!
Rebelde sentimiento
que te oprime el pecho,
cuando huyes,
cuando callas,
apaga ya tu freno
pues, nada debes recordar.
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